Un espejismo primaveral

¡¡Hola amig@s!! se de sobra mi descuido estas semanas, pero he de reconocer que no paré en todo el mes como vais a ver en las próximas entradas que espero que os sean enriquecedoras y sobre todo que os gusten. Por otra parte el trabajo tampoco da tregua cosa que hace que aprenda nuevas cosas cada día así que como siempre os trasmito desde aquí el empeño de poner energía y sobre todo mucha alegría a la vida porque merece realmente la pena.
Tuve la suerte de estar de un lado para otro conociendo nuevos lugares con mucho encanto y quiero como siempre trasmitir mi experiencia y opinión de manera resumida.

La entrada de hoy la dedico a la capital gallega, Santiago de Compostela, donde pude disfrutar de unas inolvidables e intensas 24 horas donde sin duda el protagonista fue Lorenzo que brilló como nunca en estos últimos meses haciéndonos disfrutar de unos días fantásticos que duraron poco pero que esperamos que vuelvan pronto. Os invito a revivir mi experiencia, espero que os guste.

Pues como comentaba dedicamos la mayor parte del tiempo a pasear y disfrutar del laberinto que forman las ruas del casco antiguo donde te sorprendían las famosas plazas donde el día invitaba a sentarse y disfrutar de un entorno inigualable donde poder contemplar los edificios con mil detalles castigados por esa humedad que le dan el aspecto característico que los hace únicos.

Y como no disfrutamos de la magnifica gastronomía local donde el protagonista sin duda fue el pulpo y acompañado de Riveiro casero, tuvimos la suerte de conocer un local de solera en el casco antiguo donde disfrutamos de las tapas típicas :"Los sobrinos del padre"  sin duda os lo recomiendo por fantástica calidad-precio, pero si no hay muchísimos lugares donde parar en el centro.

Más a la tarde disfrutamos del atardecer paseando por el parque de la Alameda con un rico helado, ya que el tiempo hacía que apetecieran.

Como recuerdo quise comprarme unos pendientes de azabache, una variedad de lignito negro brillante que los artesanos moldean haciendo auténticas joyas preciosas. Así que como dije no pude resistirme y quedé hechizada por unos pendientes en forma de ovalo en una de las muchas platerías que podías encontrar por la ciudad.

Para el alojamiento elegimos un albergue reformado en hotel "A Tafona do Peregrino", muy cerca del casco histórico y con un aparcamiento también muy cercano.

Sin duda fue una escapada que me encantó porque tenía muchísimas ganas de visitar la ciudad y no me defraudó.

Por último presentar mi nueva chaqueta de cuero de la firma francesa Comptoir des cotonniers fue un regalo de las pasadas navidades pero que aún no había tenido oportunidad de enseñados debido sobre todo a las bajas temperaturas que obligaban a usar abrigo. Es una pasada de chaqueta que puedes poner con todo, estoy enamorada de ella. En esta ocasión la confiné con otro cuello para proteger la garganta también tricotado por mi madre, que es uno de mis favoritos.

Espero que os haya gustado la entrada y espero poder escribir muy pronto. Un saludo a todos